La Teoría
¿Te gusta la cerveza? ¿fresquita? ¿casi helada? Y supongo que sabes que, para conseguir una cerveza fresquita, casi helada en casa tienes que hacer tres pasos:
Ponerla en la nevera
Esperar
Sacarla de la nevera
Y ahora la pregunta relevante, ¿sabes explicar técnicamente como funciona una nevera para enfriar esa cervecita fresquita, casi helada? Me atrevería a asegurar que la gran mayoría habéis contestado que NO, y además seguramente habéis pensado que tampoco es importante saberlo cuando ya conoces el proceso y el resultado y, al final, lo que valoras es más el resultado que conocer técnicamente el proceso. Vale, admito que quizás algo si debemos saber, por ejemplo, qué necesitamos conectar la nevera a la electricidad, que necesitamos que la nevera esté a una temperatura baja (contra más baja más rápido se enfría) y que algo has oído que por dentro del motor de la nevera corre un gas que es responsable del proceso de enfriar.
Ahora ya conoces la teoría de la cerveza (por cierto para tu información no hay ningún estudio científico, ni paper académico detrás… sólo un poco de creatividad y sentido común de quien escribe este artículo):
la teoría que define que cuando nos enfrentamos a una tecnología quizás no necesitamos conocer al detalle cómo funciona, como mucho tener unas nociones básicas, pero el foco hay que ponerlo que poder predecir (o incluso conocer de antemano) que tipo de resultados de aplicación práctica (de negocio en el caso empresarial) va a producir.
¿Cómo aplicamos la teoría dela cerveza?
¿Y si aplicamos la teoría de la cerveza a la Inteligencia Artificial? ¿Y si nos aproximamos a esta tecnología a partir de los casos de uso en los que podemos aplicarla, en los resultados que potencialmente podemos obtener, en vez de perdernos, en exceso, en tratar de descifrar su funcionamiento técnico?
Una de las formas que uso para aplicar esta Teoría de la Cerveza es pensando en cómo tomar decisiones, de negocio, a partir de los resultados potenciales que una tecnología, en este caso la Inteligencia Artificial, puede producir. Es decir, en vez de pensar en cómo funciona la IA técnicamente, trato de pensar en que potenciales resultados podría producto a partir de ahora en mi empresa, sector de actividad, productos, servicios o modelo de negocio. Y para ello podemos usar el modelo creado por Peter Diamandis, cofundador de la Singularity University y gran conocedor de los crecimientos exponenciales de las organizaciones provocados por el uso de tecnologías, que ha tratado de identificar patrones a partir de comportamientos pasados de la tecnología y que puedan servir como guion para inferir lo que pueda suceder en el futuro con las tecnologías que tenemos hoy.
Según Diamandis no se trata de predecir si una tecnología exponencial va a funcionar o no, sino de identificar su capacidad disruptiva para un sector y su potencial grado de adopción lo que nos permitirá tomar decisiones de forma más prematura. Estos patrones se expresan a través de las 6 D’s:
Digitalización: una tecnología se vuelve potencialmente exponencial y disruptiva cuando se digitaliza. Se representa en unos y ceros. Una vez que esto ocurre, se convierte en una tecnología basada en la información y salta a una curva de crecimiento exponencial. La pandemia digitalizó la formación ejecutiva, vimos como podíamos complementar o incluso sustituir un formato presencial (analógico) por un formato digital.
Decepción: estas tecnologías se introducen, algunas de ellas consiguen una gran notoriedad, pero la mayoría caen en un periodo de decepción en el que a pesar de esta notoriedad su impacto disruptivo es muy escaso. Pasó con la con la impresión 3D y está pasando con el metaverso o con la inteligencia artificial … todos hemos oído hablar de estas tecnologías, pero pocas cosas estamos viendo que tengan un efecto realmente significativo.
Disrupción: en esta tercera fase evolutiva por fin las tecnologías encuentran el espacio o la vía para generar una disrupción, un cambio en las reglas de juego de los negocios preexistentes. La fotografía digital lo provocó en el sector de la fotografía o las plataformas de movilidad compartida en el sector del transporte de pasajeros.
Desmaterialización: piensa en cuantas tecnologías se han desmaterializado y han pasado de su forma anterior a estar integradas, por ejemplo, en un teléfono móvil. Seguramente el ejemplo más paradigmático es la cámara digital, hacemos fotos a diario y seguramente hace años que no adquirimos una cámara. Y eso tiene efectos dado que ahora quien lidera ese sector, el de la fotografía, ya no es Nikon, Kodak o Minolta, sino que están Apple o Samsung en la cúspide de la pirámide.
Desmonetización: siguiendo con la fotografía, ¿Cuánto ha pagado por hacer y guardar la última foto que haya hecho? Seguramente estará pensando que cero; efectivamente se trata de un sector que se ha desmonetizado, los usuarios ya no están dispuestos a pagar por hacer una foto o por guardarla (o incluso por subirla a Instagram). ¿Imagina lo que sucedería si no se quisiera pagar por acceder a la educación ejecutiva?
Democratización: la evolución que hemos visto provoca, entre otras cosas, una reducción del coste y por lo tanto una mejora en el acceso a estas tecnologías. Cuanto menor sea el coste y mayor el acceso más democrático será el uso de estas tecnologías.
En el capítulo anterior de esta newsletter hablamos del Profesional Aumentado, aquel que entiende y saber usar la IA como herramienta para potenciar sus capacidades.
La Teoría de la Cerveza, sin ser muy académica en su formulación, se convierte en un elemento adicional para este profesional que quiere aumentar sus capacidades, aproximándose a la tecnología no desde su vertiente técnica sino desde su análisis de potencial impacto como paso previo al proceso de toma de decisiones para su organización.
Y, como siempre, Seguimos!
Hola Marc,
Gracias por compartirnos tu artículo. El modelo creado por Peter Diamandis, los patrones de las 6 D´s, es un enfoque interesante para identificar la capacidad disruptiva de una tecnología para un sector o negocio, y su potencial grado de adopción. En mi opinión, este modelo, al permitirnos tomar decisiones de forma más prematura, dentro de una empresa que quiere innovar bajo el uso de la IA, definitivamente nos brinda una ventaja competitiva, puesto a que evaluará de manera integral la relevancia del mismo tanto para el core de la empresa como para sus clientes.
Saludos,
Diego Salgado